Resumen.
Esta carta es más divertida que el ordinario porque he investigado un
segmento del mercado de la Tijuana metropolitana que sería ideal para
estadounidenses que quieren huirse de la locura de las fiestas: aquella de
los vinos del Valle de Guadalupe. Las lecturas explican porqué los vinos son
excelentes mientras que esta discusión discute porqué los sitios no son.
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Summary. This essay should be merry. We are checking out the
digital platform of Baja California’s wine country (not so entertaining). The
readings from the San Diego Union-Tribune on the Guadalupe Valley describe
just how remarkable the wines here really are; yet, the web sites are crushed more
than grapes. Technicalities aside, this area may be a great week-end get-away
from yankee yule-tide madness.
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Hallazgos. Sin
sorpresa, la mayoría de sitios web revisados no funcionan bien como
plataformas digitales para consolidar sus marcas. Tales marcas siguen siendo
cruciales para penetrar mercados. Hay tres factores para tener en cuenta con
esta cohorte.
1. Tienden a usar tecnologías antiguas.
2. No tienen códigos ni palabras claves optimizados.
3. Son empresas familiares con pocos productos para generar contenidos.
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Overview. Unsurprisingly,
most of the sites reviewed through the WSI proprietary software just don’t
cut it as marketing platforms to establish and consolidate durable digital footprints.
These names-in-the-market are critical for pushing out sales perimeters.
There three reasons for these weak sites from family vines:
· outdated underlying technologies;
· poorly optimized keywords and coding; as well as,
· scarce resources and few products.
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Como
observado en la lectura principal, los viñedos del Valle de Guadalupe
representan el corazón de la cultura multidimensional de Tijuana: sin uva de
marca, ni uvas amargas. Los sobresalientes entre estos vinos tienen sabores
únicos de clase mundial. Similar a Tecnojuana, tal excelencia es un producto
del proceso laborioso de ensayo, error y aprendizaje hacia una mejora
continua.
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As the Union
Tribune’s dreamy article documents amply, the vineyards of the Guadaloopy
Valley are the soul of Tijuana’s variegated culture: neither signature nor
sour grapes here. In fact, several of the wineries have developed distinctive
tastes refined to a world-class palette. Like their confrères of
Tecnojuana, these entrepreneurs perfect their art through an ethic of, “If at
first you don’t succeed, stomp, stomp again!”
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Las
reputaciones de los vinos involucrados dependen de la palabra de boca, sin el
refuerzo ni compromiso proveídos por un nombre destacado en el mercado. Es
importante para observar que nuestro software de evaluación se orienta hacia
GOOGLE y la alimentación del “GOOGLE-bot” (es decir, un episodio de la bella
y la bestia). El GOOGLE-bot es el software de GOOGLE que revisa el código y
contenidos de sitios.
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The
name-in-the-market of the Baja wine industry really depends upon the word-of-mouth of
a critical mass. That lacks the steady reinforcement and timely engagement
generated by the smart digital marketing led by WSI-World. Nevertheless,
transparency requires that we point out a methodological problem with GOOGLE,
toward which our evaluation software is oriented. With these winsome wines,
call it “the beauty and the bot.”
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Por evaluar
tales contenidos subyacentes de sitios web, el GOOGLE-bot pretende emparejar
varios sitios con las claves palabras entradas en búsquedas. Hay tipos de
código o video no preferidos por el GOOGLE-bot. Así, se puede entender que
algunos sitios podrían ser mejores que parezcan. ¿Por qué un diseñador del
sitio usaría esas herramientas cuando GOOGLE controle el 91% del tráfico
local? ¡Wuuppps!
Sin embargo,
tales constricciones no pueden explicar las clasificaciones tan bajas en esta
cohorte. De verdad, las bodegas del Valle tendrán que diferenciarse aún más
para superar altos gastos de exportación que inhiben el alcance del mercado.
Para ser competitivos comercialmente,
sitios web deberían incluirse en los cinco millones sitios más populares;
menos del 30% de la cohorte logra este nivel.
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To evaluate web-sites, the GOOGLE-bot is a
self-invited analytical software that moves in and sniffs out the code and content of sites to match sites produced in searches with the key-words
input by the user. Yet, not all code or media softwares are created equal for
our bodacious little bot. Not fair to several of these sites that use these
applications. Begs the question: ¿what mindless Mexican site designer would
use these tools when 91% of users here resort to the GOOGLE bottering ram for
searches?
In any case, these constraints can not excuse scores
so low as one sees in this sampling. That is especially difficult for these
vintners because they not only suffer from low name-recognition but from high
shipping costs. That means these sites need to rank in the competitive band
of the top five million sites worldwide to target people people willing to pay the extra buck for the Baja's luscious pluck. Yet only on in three or four actually do
that.
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Implicaciones para Tecnojuana. La mayoría de los viticultores de la
cohorte producen vinos de mezclas originales y encantadores. Tal creatividad
existe en el Valle de Guadalupe a causa de la ausencia de una singular “uva
de marca” similar a otras regiones famosas. Por tanto, cada viña puede
elaborar su propio tipo de vino mediante ensayo, error y aprendizaje, como
hacen programadores como emprendedores.
Sin
un estándar contra que se compitan, vinateros tienen que hacer frente a
competición inmediata en un mercado delimitado al Valle. Hay una solución
para escaparse de esta carrera hasta el fondo. Con constricciones comunes,
productos distintos y barreras compartidas, los viticultores podrían agrupar
recursos para aprovecharse de medios digitales para ampliar su alcance
colectivo más allá del Valle.
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Implications for Tecnojuana. The secret to the winning wines of México is the mixing
of flavors and traditions to produce products as tasty as they are original.
The absence of a “signature grape” enables vintners, like their fuzzy-faced computer-coddled
counterparts in town, to experiment and develop their particular wines through trial, error, learning, yearning and earning.
Without a
standard grape to guide competitors, wineries in Guadalupe Valley must endure
a debilitating dilemma of having to survive so many competitors catering to
so many distinctive palettes, that most will never get far beyond this new 'Valley of Dearth' (of markets, that is). As always, WSI – with a generation of
inter-net best practices handy (in this case, content marketing) – can provide a
solution to those intrepid souls willing to pool marketing resources so all boats
rise, including those at the Vena Cava!
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Con vinos, Baja
significa muy alta
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Baja's wine country is crushing it
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No es el próximo
‘Napa’. Sin embargo, el Guadalupe Valley es único a través del mundo.
Encuentro Guadalupe es un resort ecológico con veinte pequeñas cabañas sobre
pilares en una montaña de grandes piedras.
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Not the 'Next Napa,' the Valle de Guadalupe is unlike anywhere else.
Encuentro Guadalupe is an eco-friendly luxury resort with 20 minimalist
cabins perched on stilts on a mountainside among mammoth rock formations.
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U-T SAN DIEGO; Parente Michele; el 22
de noviembre 2014
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¿Quién
ha oído del Guadalupe Valley en México? Esta pregunta estaba surgiendo a
menudo durante mi visita reciente allí. No conozco a nadie que abra un
restaurante completamente “al fresco”. ¿Habitaciones de hotel como cajas en
el lado de una montaña? ¿Quién construye una viticultora desde los barcos
abandonados? ¡Oye, aficionados de vinos refinados! ¿Se ha intentado una
mezcla de nebbiolo y cabernet?
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VALLE DE
GUADALUPE, Mexico — Who does that? That question kept popping in my head
during a recent stay in Baja's Valle de Guadalupe. Who opens an upscale
restaurant that's all outdoors? Who builds hotel rooms that look like storage
containers planted into a rocky mountainside? Who constructs a winery out of
salvaged boats? And who (wine purists, avert your eyes!) blends nebbiolo with
cabernet sauvignon?
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RESPUESTA:
visionarios empresariales en el Guadalupe Valley. Escritores sobre turismo y
vino han llamado esta región como “el próximo Napa”. ¡ERROR tan fácil hacer
como evidente! Después de solo tres días en este valle, tal vez yo no haya
averiguado las razones tras de estas anomalías encantadoras. Sin embargo, sé
ahora que la región más dinámica para vino en México no se parece al Napa, ni
a ninguno otro lugar en mis viajes. En el Valley—como con mis otras viajes
para probar los vinos toscanos; de Rioja (España); mendocinos (Argentina);
del Valle de Rhône; y, sí, Napa—miré a la arquitectura magnifica; comí como
una reina; y, gusté de vinos para calmar el alma.
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Forward-thinking
risk takers in the Guadalupe Valley, that's who. Travel and wine writers may
have crowned this burgeoning wine region “The Next Napa,” but that title is
too easy and too wrong. After three days in the Valle, I may have never
gotten an answer to my rhetorical question, but I did determine that Mexico’s
most dynamic wine region isn’t like Napa Valley — or like anywhere else I’ve
been. In the Valle — as with my other wine travels, to Italy’s Tuscany,
Spain’s Rioja, Argentina’s Mendoza, France’s Rhône Valley and, yes, Napa, — I
saw stunning architecture, ate world-class cuisine and drank soul-soothing
wines.
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Sólo
in Baja, percibí un espíritu venturoso y único, con un sed de no conformarse,
que vive más allá del viñedo. El
Valley integra una personalidad sofisticada con una naturaleza rustica;
equilibra una manera no solo de moda y de vanguardia, sino una historia
tradicional; así como, sigue siendo tan escéptico como amable. Son elementos
fundamentales del alma regional, y de mí ahora. Después de regresar a San
Diego no puedo dejar de pensar de los sensaciones mágicas dentro del Valley.
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But in Baja, I
felt a singular spirit of adventure and nonconformity that you simply can’t
bottle. It’s sophisticated yet genuinely rustic, traditional but wildly hip
and innovative, welcoming and wary all at the same time. These contrasts are
not only part of its charm, they’re part of its identity. And now they’re
part of mine, because since I’ve been back in San Diego, I haven’t been able
to get some of the sights, smells and tastes of the Valle out of my mind.
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Sin reglas
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No rules
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Al
principio, se encuentra con el polvo; esto es un desierto, después de todo.
Afuera de pocas carreteras principales, se encontrará en un mundo de polvo,
rebotándose por caminos de tierra. Por supuesto, no es el Napa; que está bien
con la gente aquí. El pionero viticultor, entrenado en Francia, el Sr. Hugo
D’Acosta ha dicho, “Caminos pobres hacen buenos turistas; buenos caminos
hacen pobres turistas.” Sin embargo, caminos de tierra son inhibidores no
sólo para limousines llenos de jóvenes borrachos. Pero es un factor
primordial porqué el Valley es tan fértil. Un suelo poroso con el drenaje,
junto con un clima del sol y noches frescas, crean condiciones ideales para
el Valley.
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One of the
first things you’ll see is the dust; it’s a desert, after all, and except for
a few key paved roads, you travel about mostly in a swirl of dust, bouncing
along on uneven dirt. Pristine Napa it’s not. Which suits most locals fine. The
pioneering, French-trained winemaker Hugo D’Acosta is attributed with saying,
“Bad roads make good tourists; good roads make bad tourists.” But that brown
dirt isn’t only a deterrent to limos crammed with drunken bridal parties.
It’s essential to making this such fertile wine country. Drainage-friendly,
porous soil, coupled with warm, sunny days and coastal-cooled nights, gives
the Valle ideal grape-growing conditions.
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El
Valley no se está reconocido para una uva singular, que es único entre otras
regiones a través del mundo. Una amplia variedad incluye chenin blanc;
cabernet sauvignon y cariñena; garnacha y nebbiolo; así como, syrah y
tempranillo. Mezclas de vinos desde el paraíso emergen a menudo, aunque
fallas son aceptadas como aprendizaje.
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Yet unlike
nearly every major wine region in the world, the Valle has no signature
grape. There’s chenin blanc and sauvignon blanc, cabernet sauvignon and
carignan, grenache and nebbiolo, syrah and tempranillo. Head-spinning blends
work more often than not, though even the failures are embraced.
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“Cultivamos
unas cincuenta uvas en el Valley,” dijo el Sr. Erick Plata, quien me daba una
copa del vino sutil, vino de piedra (una mezcla tempranillo-cabernet
producido por la viña famosa, la Casa de Piedra. “No hay reglas aquí. Es
un proceso de ensayo y error. Si está bien, hacerlo otra vez.
Si no, adiós.”
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“We grow about
50 grapes in the Valle,” said Erick Plata, who poured me D’Acosta’s nuanced
Vino de Piedra tempranillo-cabernet blend at the marquee winery Casa de
Piedra. “There are no rules.
Here, the only rule is if it’s good, do it again. If it’s not, don’t do it again.”
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Entre
las siete viñas que visité – desde el líder corporativo, L.A. Cetto, hasta una nueva
con prácticas orgánicas, la Carrodilla – la Casa de Piedra, Mogor Badán y
el Adobe Guadalupe
fueron sobresalientes. Mogor Badán, propiedad de fundadores
europeos, se parece un lugar “en Provence” (el campo del sur de Francia) con
una cava de piedra como aquella de una leyenda viticultora. Por supuesto, los
vinos eran mezclas de ensueño de Burdeos. Un gran granja orgánica, y un
restaurante notable, Deckman en el Mogor, del Sr. Drew Deckman, son ubicados
sobre la propiedad, también.
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Among the
seven wineries I visited — from the corporate, longtime player L.A. Cetto to the brand-new, organically and biodynamically
farmed La
Carrodilla — Casa de Piedra, Mogor Badan and Adobe Guadalupe were
standouts. Mogor Badan, founded by a
European couple (he was Swiss, she French), looks like it’s out of the
Provençal countryside, its stone wine cave the stuff of eno-fairy tales.
Fittingly, the wines were a dream, balanced Bordeaux blends. A large organic
farm and one of the most noted restaurants, Drew Deckman’s Deckman's en el
Mogor, are also on the property.
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Cuando
me inscribí en el hotel, Adobe Guadalupe, una hacienda hermosa llena
de dignidad histórica, fui servido una copa de vino rosado Uriel, una
combinación loca de siete uvas distintas. Tan rico como jugoso un vino: supe
que había llegado al lugar perfecto. Una cata de seis vinos tintos se incluye
en una visita (junto con desayuno en una gran cocina de azulejos
moriscos-mexicanos). Hay una sala para probar otros vinos cerca de la puerta.
O, se puede tomar otros con la cena en el comedor Adobe, dónde se emparejan
vinos con una comida excelente por el chef, la Sra. Marta Manríquez.
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When I checked
into the Adobe
Guadalupe, a gorgeous, stately Mexican hacienda, I was poured a
welcome glass of Uriel rosé, a crazy blend of seven normally mismatched
grapes. Delicious and juicy, I knew I was at the right place. A tasting of
six reds is included with your stay (as is breakfast in the sprawling
Mexican-tiled kitchen) but if you want more, there’s a tasting room outside
the hotel’s gate. Or have some with dinner in the hotel’s dining room, where
Adobe wines are paired with chef Marta Manriquez’s vibrant multicourse meals.
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Con
un hotel tan bonito, el restaurante destacado por críticos, el Jardín de
Adobe, (del chef, el Sr. Ryan Steyn); los caballos aztecas del dueño (la Sra.
Tru Miller); y aún el camión con cocina, es fácil pasar por alto el vino. Sin
embargo, se sería equivocado en hacer eso. Los vinos mezclados, llevando
nombres de arcángeles, proveen buen ejemplos de los resultados de ser
descuidados con tradiciones mientras de ser precisos con ejecución. Otra
anomalía agradable mexicana.
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With the
Adobe’s picture-perfect whitewashed hotel, chef Ryan Steyn’s critically
acclaimed El Jardin de Adobe restaurant, owner Tru Miller’s world-renowned
Azteca horses and even its funky new food truck, the wine can be overlooked. But
it shouldn’t be. The robust blends, all named after archangels, are textbook
examples of what happens when you are reckless with tradition but precise in
execution. There’s that
contrast again.
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Dos
piedras grandes están dentro de la cantina de la Sra. Flor Franco, Convivia.
“Eran tan pesadas para ubicar aquí,” bromeó la Sra. Franco durante mi visita.
Ella acabo de abrir un restaurante, Zarco, en Chula Vista. La Sra. Franco es
uno de los chefs impulsando la ampliación de la reputación de restaurantes en
el Valley hasta turistas y críticos desde Nueva York y D.F.
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Two giant
boulders sit inside chef Flor Franco’s recently opened chic cantina,
Convivia. “They were really heavy to get up here,” she joked during my visit.
Franco, who also just opened Zarco in Chula Vista, is part of a wave of
talented chefs who are fueling the Valle de Guadalupe’s status as a critical
darling among culinary tourists from Mexico City to New York.
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Junto
con la Sra. Franco, la lista de nuevos chefs quienes han abierto restaurants
recientemente incluye los Sres. Javier Plascencia (la Finca Altozano, un
lugar muy rústico); Miguel Ángel Guerrero (la Esperanza, at L.A. Cetto);
Roberto Alcocer (Malva, el restaurante al aire libre). Todos son partidarios
de la cocina actual. Usan sólo ingredientes locales que incluyen mariscos,
carnes, verduras, quesos y aceite de oliva.
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Along with
Franco, the roster of chefs who’ve opened restaurants in the past few years
includes Javier Plascencia (Finca Altozano, a hyper-rustic campestre), Miguel
Ángel Guerrero (La Esperanza, at L.A. Cetto), Roberto Alcocer (Malva, the
aforementioned all-outdoor eatery). They’re all strong proponents of modern
Baja cuisine, cooking with only with the region’s bounty of local ingredients
— produce, seafood, meats, artisan cheeses, Valle olive oil.
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Los
sabores distintos de la Sra. Franco son paralelos a la ubicación de Convivia,
que es una parte de Encuentro Guadalupe, un resort armonioso con la ecología
en virtud de cámaras raras; de hecho, son cajas sobre pilares en el lado de
la montaña para vivir entre las piedras. Este aspecto ha atraído atención
mundial. La revista “Travel and Leisure” ha clasificado el Corazón de Tierra,
en el pequeño hotel de la Villa de la Valle, el mejor restaurante de un
hotel; fue clasificado el mejor pequeño hotel por la misma revista.
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Franco’s bold
flavors match the setting of Convivia, which is at Encuentro Guadalupe, the
eco-friendly luxury resort with the most improbable of accommodations. The
design of the Encuentro’s 20 minimalist cabins, on stilts on a mountainside
among mammoth rock formations, has drawn global attention. That same year, T+L named Corazón de
Tierra, at the six-room La Villa del Valle, Best Hotel Restaurant. In 2012,
it was named Best Small Hotel on Travel + Leisure’s Design Awards list.
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Propiedad
de dos británicos, el Sr. Paul y la Sra. Eileen Gregory, la Villa del Valle
se parece una finca refinada, la bodega de la cual, Vena Cava, parece como una
creación de su tío excéntrico y marinero. El estilo es raro, construido por
barcos reciclados ubicado en el medio de un campo de polvo y viñas. De hecho,
un canal de radio y televisión refinado lo llamó el viticultor de moda la más
de vanguardia en todo México.
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Owned by
British expats Eileen and Phil Gregory, La Villa del Valle is like a refined
country estate whose winery, Vena Cava, looks like it was built by your
salty, sea-loving loopy uncle. The winery’s unconventional style, made from
recycled boats, and placement in the middle of a field of dirt and vines, led
NPR to call it “The Hippest Winery in Mexico.”
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Con
el chef, el Sr. Diego Hernández, el Corazón de Tierra se clasifica como uno
de los mejores restaurantes de LatAm. Se podría degustar cuánto deliberación
fue necesario para elaborar tan excelente una comida. Pero, ¡otra anomalía!,
el Sr. Hernández ama la espontaneidad. “Si usted esté llena después del
cuarto plato, iremos al postre,” dijo. Sin embargo, si se tenga hambre
todavía después el quinto plato, iremos improvisar desde productos del
jardín…” ¿Quién lo haría para un cliente? Cuando llegué a mi mesa, el
camarero explicaba el menú; no hay menú.
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And under chef
Diego Hernandez, Corazón de Tierra is consistently named one of the best
restaurants in Latin America. You could taste how much thought went into that
meal. But — contrast again! — this is a kitchen that loves an on-the-fly
challenge. When I first sat down, my waiter explained how my meal would go
(there is no menu). “If you’re full after the fourth course, we’ll skip to
dessert,” he said. “If you’re still hungry after the fifth course, the chef
will go get something from the garden and improvise.” Really? Who does that?
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Michele Parente is the Sunday and Features Editor
for U-T San Diego, where she oversees profiles, the San Diego InDepth section
and special projects, such as the Legacy of WWII. Previously, Michele was the
assistant features editor at The Oregonian and spent 10 years at New York
Newsday.
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Saborear vinos de
Baja California sobre este lado de la frontera
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Taste Baja wine on this side of the border
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U-T SAN DIEGO:
ENTERTAINMENT / DINING & DRINKING;
Parente, Michele; el 22 de octubre
2014
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Nos
gustan los vinos de Baja California, especialmente después de una reciente
visita al Guadalupe Valley para averiguar el alto nivel de creatividad y
refinamiento de los viticultores allí. De veras, tales vinos no son disponibles
en San Diego ya que los costos de importación son tan altos. Sin embargo, en
virtud de afiliación con el Club de Vino Baja, se puede aprovecharse de tales
vinos por asistir a eventos mensuales para probare vinos mexicanos.
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We love our
Baja wines, especially after spending a couple of days in the Valle de
Guadalupe recently and seeing how creative -- and sophisticated -- winemakers
are there. Unfortunately, Baja wines are hard to find here, mostly because
they're so expensive to import to the U.S, making them less competitive on
the market. But through the new Baja Wine Club you can enjoy some Baja wine
bliss through their monthly tasting events.
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Un
evento reciente (hace un mes se patrocinaba por Busalacchi en la Trattoria
Via Lago en Chula Vista. Había sabrosos aperitivos juntos con seis vinos
desde Ensenada y el Guadalupe Valley. Los vinos probados incluyeron un
sauvignon blanc del Monte Xanic; un viognier de las Bodegas
Santo Tomás; un tinto rosado y una mezcla de cabernet y merlot de la Hacienda la
Lomita; un tempranillo-cabernet de Fratelli Pasini; así como, un
cabernet de las
Cavas Valmar.
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The latest one
is Thursday, at Via Lago Trattoria by Busalacchi, in Chula Vista. Enjoy
appetizers from Via Lago as you try these six wines from Ensenada and the
Valle de Guadalupe: Monte Xanic’s sauvignon blanc, viognier from
Bodegas
Santo Tomas, Hacienda La Lomita’s rosé and cab-merlot
blend,
Fratelli Pasini’s tempranillo-cabernet and a 100 percent cab from Cavas Valmar.
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Details: 6:30 to 8:30
p.m. Thursday, Oct. 23. Via Lago Trattoria by Busalacchi, 866 Eastlake
Parkway, Chula Vista. $15 in advance by phone or online; $20 at door. (844)
225-2946 or bajawineclub.com.
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Great article! Will keep this info in mind during my next trip to Baja!
ResponderEliminarGracias, amigo anónimo!
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