"’You ought to go to a boys' school sometime. Try it sometime,’ I
said. ‘It's full of phonies, and all you do is study so that you can learn
enough to be smart enough to be able to buy a goddam Cadillac some day, and you
have to keep making believe you give a damn….’”
--Holden Caulfield, 1951 (en la novella de J.D. Salinger, The Catcher
in the Rye)
“’Se
debería ir a una escuela para muchachos; hágalo alguna vez,’ dije. ‘Es lleno de
farsantes. Todo uno hace es estudiar para ser tan inteligente que se pueda
comprar un caro coche BMW algún día, mientras que se tenga que fingir una
preocupación para otros de todas formas….’”
Resumen. Por más de un año,
he estado alabando las ventajas del márketing digital con algunas dudas
raras, principalmente sobre de las suposiciones heroicas subyacente de las
atribuciones de comportamientos en línea particulares a las intenciones en la
mente asignadas por GOOGLE, FaceBook et al. (Para aclarar un punto
importante: tengo dudas de los supuestos de GOOGLE et al. pero creo que son
honestos y transparentes.) Esta carta trata del lado oscuro del márketing
digital: aquello del fraude.
|
Summary. This week’s letter delves into the dark side of on-line advertising. The
big rip-off now does not lie spurious claims made in the TV commercials of
yesteryear but of the advertisers hood-winking their clients. I have
occasionally raised my skepticism over the ‘newness’ of ‘cutting edge’
digital marketing concepts, though BING, Pinterest et al. are, as far as I can
see, honest and transparent. Digital marketing does present unprecedented
opportunities; it also has a very dark side of fraud. Never before have so
many ‘views’ meant so little.
|
La única lectura
para esta semana es un extracto de un artículo muy largo. Sin embargo, este
informe de cuatros periodistas investigativos se ha escrito soberbiamente.
Si se puede leer
inglés (non necesariamente con fluidez), tengo que recomendarle que lo haga.
Este artículo es
uno de los mejores obras investigativos escritos durante esta hora (¿horror?)
de la inter-net.
|
The lone reading for
this week is an excerpt from a very long article that appeared recently in
Bloomberg; it is well worth the hour or so to read and study it. This essay
is a comprehensive investigation, by four digging journalists, into the
dark-side of the on-line force. Darth Vader would be no match for some of these
new-rage hucksters. The article starts to smash the myth that digital branding
is remotely as durable as traditional branding via magazines and TV.
|
La venganza de los data-dinks (nerds): la retribución
terminal.
|
The Revenge of the Nerds, Part ¥: The Final
Retribution
|
BLUF: Hay tres razones
porqué se encuentra con un aumento cada vez más rápido del fraude en el
márketing digital.
|
BLUF: There are three reasons why
on-line fraudulence is as popular as it is prolific.
|
Primero, los
data-dinks realizan su venganza mediante una falta de conocimientos con el
miedo. La tecnología ha dejado por atrás los ejecutivos del márketing, y
continúa a hacerlo más y más. Desafortunadamente, una mayoría no quiere
admitir este problema a causa de razones existenciales (es decir, sus
carreras).
|
First, the
data-dinks wreak their revenge by playing on the ignorance and fears of
others. Fact is, technology has left many traditional advertising types
behind and does so more and more, faster and faster.
The rub is, many
execs do not want to confess to their quandary and thus are vulnerable to
manipulation.
|
Segundo, con dicha
falta de conocimientos frescos, tales tomadores de decisiones, con la
responsabilidad del presupuesto, asignan demasiada importancia a los datos e
indicadores generados por varios paquetes de analíticos. Los datos parecen
definitivos, entendibles y precisos. De veras son llenados de supuestos no
revelados. Se presenta una oportunidad para manipulación.
|
Second, with this
lack of knowledge plaguing many decision-makers overseeing large marketing
budgets, these people lose faith in their instincts acquired through hard
work for many years and rely too much on data spit out by various analytic
packages (like SaaD, or software as a disservice). Such data look elegantly
precise but are based on many unseen assumptions made by the providers.
|
Tercer, la
inseguridad arraigada en la falta de conocimientos, juntos con la dependencia de
datos, inclinan a esos ejecutivos a escuchar a los especialistas sin
críticas.
Los agentes del márketing digital sin éticas pueden manipularles
estos miedos por decir, “va a estancar su marca si no haga lo que sugiero.
Sus competidores se aprovecharán de tales medios y sus anuncios en línea
tendrán cientos de miles de vistas por usuarios.”
|
Third, this
ignorance-driven insecurity, together with an easy dependency these
unquestioned data, often seduce executives usually prone towards a healthy
skepticism. And so unscrupulous digital advertisers or scuzzy on-line service
providers use this anxiety to their tactical and monetary benefit, by saying
things like, “Don’t miss out! Your competitors will surely use these
cost-effective techniques to get a ca-jiliion views by people in their target
markets.”
|
Le discours de la méthode. La práctica
deshonesta más común es la venta de ‘tráfico’. El ejecutivo, temeroso de
perder su autoridad en la empresa y la marca en el mercado, cree que necesite
un millón de vistas entre los internautas. Por tanto, él paga para plantar
sus anuncios en las pantallas de los usuarios. Cada vez más las ‘vistas
pagadas’ son para anuncios vistos por bots o siguen siendo invisibles al visor
dirigido.
|
Le Discours de la Méthode. The most common chicanery is the
sale of on-line traffic. The ageing executive, scared to death of losing his
relevance or seeing his company’s brand waste away, decides that millions
have to click his on-line ads. Therefore, he pays to shove his banners on the
screens of users, often hurting the brand by annoying the living scheiße out of you and me.
On top of that, most ads are never really seen.
|
Sin embargo, en
ambos casos, se cuentan como ‘vistas’. Si 'BULL' hace girar al mundo, el
miedo lo mantiene en marcha. Hay otros trucos revelados en la lectura. Al
final, en un mercado sin transparencia ni regulaciones pero uno que no es
entendido por muchos, tal deshonestidad será casi inevitable.
|
That’s because bots
(software goblins) ‘read’ these ads that are often invisible to people. Yet
these count as views, pleasing the exec who is paying for all boom and no
zoom. The Bloomberg Business article also shows other iffy tricks of
the trade. In an market lacking both transparency and rules of fair play,
such sleaze is inevitable.
|
El problema para
los publicistas honestos es el hecho que los compradores han oído de los
precios mentirosamente bajos y esperan un producto de calidad por casi nada.
Además, hay otros que han usado dichos servicios codos y fueron dañados. Por
tanto, no tienen confianza en los mercadotécnicos más profesionales y van a
asociar precios más altos de estos últimos con un deseo de robarles aún más.
|
The difficulty for
honest digital marketers – and I know of many – remains one of prospective buyers
who, hearing about ridiculously low prices, from amateur providers, want a
quality product for zilch. Others, however, have tried these fraudsters and
been burned; consequently, they trust no one, including truthful and helpful
professionals who require more money for that quality product.
|
¿La moraleja aquí? Se
obtiene por lo que se pague.
|
The moral of this story? You get what you pay for, amigo.
|
NOTA: sólo un tercio del artículo se
traduce aquí
NOTE: this excerpt
represents a 65-70% redaction of the original
|
|
El lado oscuro del
márketing digital
|
How much of your audience is fake?
|
Mercadotécnicos
pensaban que la inter-net sería perfecta para dirigir anuncios. NOPE: Ce n’est
pas vrai du tout
|
Marketers thought the Web would allow perfectly
targeted ads. Hasn’t worked out that way.
|
BLOOMBERG BUSINESS
Elgin, Ben; Riley, Michael; Kocieniewski, David; Brustein, Joshua
|
|
El Sr. Ron Amram ha
sido un gerente del márketing de marcas por unos veinte años. Hace una
década, fue el director de publicidad para el grupo de SPRINT para celulares
desechables. Él pensaba mucho dónde esta corporación debería asignar sus
recursos entre todos los canales de publicidad. La televisión (TV) era
siempre sobre la encima de la pirámide de presupuesto, como el rey. Sin
embargo, la TV fue cara y difícil a medir precisamente.
|
Ron Amram has been
in the brand marketing business for about 20 years. In the 2000s he was media
director for Sprint’s prepaid cellular group, mainly figuring out where the carrier
should spend its ad dollars—print, outdoor, digital, or broadcast. TV was
always at the top of the pyramid. But TV wasn’t cheap, nor did it solve “that
age-old question: Half of my marketing is working, half of it is not, and I
don’t know which half.”
|
Excellent 2½ minute video on how the
scam works
Excelente video de 150 segundos sobre cómo los bots
trabajan (inglés)
|
|
Hace diez años, las
actitudes cambiaron. Los anuncios digitales (search and display) presentaba
la feliz posibilidad de alcanzar una audiencia del tamaño de la TV por una
pequeña fracción del costo. La euforia se aumentó otra vez en 2010 con la
llegada de la publicidad programada; o, la automatización de la programación
del márketing digital.
|
About 10 years
ago…attitudes shifted. Digital search and display ads had the potential to
reach TV-size audiences at a fraction of the price. “People thought it was
going to change everything,” Amram says. The euphoria escalated again around
2010 with the arrival of programmatic advertising, or automation.
|
Idealmente, una
transacción de la publicidad programada funciona en esta manera. Un usuario
hace clic sobre un enlace de un sitio web y lo entra. Sus datos
personalizados (de su mismo y el patrón de sus viajes dentro de la web) se
enviaron inmediatamente (mediante las 'cookies', un eufemismo sacarina) hacia
otro sito donde empresas interesadas podrían comprar, en la competición con
otras, la habilidad para inserta un anuncio sobre la pantalla del internauta.
Basada en los datos recibidos, una corporación como un fabricante de coches
podría aprovecharse de la oportunidad. El precio dependía de la popularidad
del sitio visitado por el usuario y de las palabras clave (keywords).
|
The ideal
programmatic transaction works like this: A user clicks on a website and
suddenly her Internet address and browsing history are packaged and whisked
off to an auction site, where software, on behalf of advertisers, scrutinizes
her profile (or an anonymized version of it) and determines whether to bid to
place an ad next to that article. Ford Motor could pay to put its ads on
websites for car buffs, or, with the help of cookies, track car buffs
wherever they may be online. Ford might want to target males age 25-40 for
pickup-truck ads, or, better yet, anybody in that age group who’s even read
about pickups in the past six months.
|
¡Qué buena
oportunidad para publicistas! Es como un golpe de un avión sin tripulados
(drone) sobre el internauta desprevenido con la escala del bombardeo masiva
de WW2. Como datos-drones nucleares. Para aquellos con preocupaciones de
privacidad, es difícil, pero…¿a quién lo importa? Los publicistas habían
descubierto la tierra de leche y miel; ¡sabían adónde fue cada peso asignado!
|
That’s a stunningly
attractive proposition to advertisers: surgical strikes on a carpet bombing
scale.
Ominous for privacy advocates, sure, but nirvana for agencies,
publishers, and advertisers. At long last, they’d know where every last
dollar went and whether it did its job.
|
El Sr. Amram
trabaja para la cervecita de Heineken-U.S.A. ahora con un presupuesto de
publicidad de unos 2.250 millones de pesos. Hace dos años, Heineken-U.S.A.
cambió las botellas de su cerveza al más popular diseño con cuello
estrecho. Tenían buenas asignaciones
de recursos en todos canales con la esperanza que el digital sería casi tan
eficaz como la TV. Luego, el Sr. Amram y su equipo fueron sorprendidos de
manera negativa. El retorno de la inversión de márketing (RoI) para digital
había sido sólo 2x (dos pesos de ventas para cada uno invertido en el
márketing digital) frente 6x o más para la TV. ¡Wuuppps! Aún peor, unos 80%
de las impresiones de los anuncios (vistas por usuarios) no habían
involucrado personas, ¡pero bots!
|
Amram is at
Heineken USA now, where the annual ad budget is in the $150 million range. In
2013 the company replaced its old stubby bottles with a fashionably
long-necked version. “We had a healthy investment in TV, local media, and
digital,” he says. “We thought digital would come close and compete with
television in terms of effectiveness.” Late that year he and a half-dozen or
so colleagues…were stunned. Digital’s return on investment was around 2 to 1,
a $2 increase in revenue for every $1 of ad spending, compared with at least
6 to 1 for TV. The most startling finding: Only 20 percent of the campaign’s
“ad impressions”—ads that appear on a computer or smartphone screen—were even
seen by actual people.
|
Los bots (robots) son códigos especializados para leer
contenidos: el GOOGLE-bot ‘leerá’ los contenidos y el código subyacente
(incluso de etiquetas en los enlaces dentro del sitio evaluado) para
determinar, sí o no, si un sitio sea adecuado y cuál clasificación dicho
sitio merezca.
|
|
Nadie podía decir
nada por algunos momentos, recuerda el Sr. Amram. ¡Wuuppps! Más allá de la
preocupación entendible de sus puestos, los miembros del equipo fueron
molestados éticamente.
‘¿Es legal esto?’
El Director fue
enojado, “Estábamos dando nuestros pesos a la mafia. Habíamos pagados para
impresiones humanas. De veras, en el demi-mundo digital, se está pagando para
la transmisión del anuncio, no necesariamente para la vista. No hay controles
para determinar quién va a verlo.”
|
“The room basically
stopped,” Amram recalls. The team was concerned about their jobs; someone
asked, “Can they do that? Is it legal?” But mostly it was disbelief and
outrage. “It was like we’d been throwing our money to the mob,” Amram says.
“As an advertiser we were paying for eyeballs and thought that we were buying
views. But in the digital world, you’re just paying for the ad to be served,
and there’s no guarantee who will see it, or whether a human will see it at
all.”
|
Cada vez más
visores no son humanos. Un estudio del año pasado patrocinado por la
Asociación de Publicistas Nacional (U.S.A.) siguió un poco de código embebido
en miles de millones de anuncios digitales para determinar quién – o qué –
estaba ‘mirando’ los anuncios. El 11% de los anuncios mostrados y casi un 25%
de los vídeos se miraron por bots (software). Este estudio fue realizado por una
empresa de ciber-seguridad, llamada White Ops. Habrá un fraude de caso cien
mil millones de pesos, robados de los publicadores, por el tráfico falso.
|
Increasingly,
digital ad viewers aren’t human. A study done last year in conjunction with
the Association of National Advertisers embedded billions of digital ads with
code designed to determine who or what was seeing them.
Eleven percent of
display ads and almost a quarter of video ads were “viewed” by software, not
people. According to the ANA study, which was conducted by the security firm
White Ops and is titled The Bot Baseline: Fraud In Digital Advertising, fake
traffic will cost advertisers $6.3 billion this year.
|
Un anuncio seguido
en este estudio fue un vídeo para Chrysler sobre un sitio, ‘saveur.tv’,
basado en la revista para vacaciones y comidas. Sólo una vista por cincuenta
fue vista por un ser humano. Los ejecutivos de Bonnier, el publicador de
‘saveur.tv’ dicen que siguen cada vista de cada anuncio; además, argumenta
Bonnier, White Ops revisó solamente 5.7000, un pequeño monto que no refleja
el conjunto total. Bonnier dice también que hay varios métodos para detectar
el tráfico no humano y que no hay un estándar singular aplicable a través de
toda la industria. Se parece que el tráfico falso ahora es común.
|
One ad tracked in
the study was a video spot for Chrysler that ran last year on Saveur.tv, a
site based on the food and travel lifestyle magazine. Only 2 percent of the
ad views registered as human, according to a person who was briefed on data
provided to the study’s participants...Executives at Bonnier, the publishing
company behind Saveur.tv, say they screen every impression and that the White
Ops study looked at 5,700 ads, a very small number. They also say there are
multiple methods for detecting nonhuman traffic, and that there’s no single
standard used by the industry. Fake traffic has become a commodity.
|
Hay un malware para
generar tráfico falso y agentes para venderlo. Algunos clientes saben la
naturaleza sórdida, otros son inocentes y aún otros prefieren no saber. Los
consumidores, al grado que ven a los anuncios de todo, los odian
completamente. Hoy en día la aplicación más popular en la ‘Tienda App’ de
Apple es un software para bloquear anuncios.
|
There’s malware for
generating it and brokers who sell it. Some companies pay for it
intentionally, some accidentally, and some prefer not to ask where their
traffic comes from….Consumers, meanwhile, to the extent they pay attention to
targeted ads at all, hate them: The top paid iPhone app on Apple’s App Store
is an ad blocker.
|
“No puedo pensar en
algo que ha daño la inter-net más que la tecnología de publicidad (ad-tec).”
El Sr. Bob Hoffman, un ejecutivo de publicidad por muchos años escribe en un
blog, ‘Ad Contrarian’. El continúa, “Nadie sabe el nivel preciso, pero un 50%
del presupuesto gastado está robado desde los patrocinadores.”
|
“I can think of
nothing that has done more harm to the Internet than ad tech,” says Bob
Hoffman, a veteran ad executive, industry critic, and author of the blog the
Ad Contrarian. “Nobody knows the exact number,” Hoffman says, “but probably
about 50 percent of what you’re spending online is being stolen from you.”
|
El reto es la
acumulación de una audiencia. Se puede hacerlo ‘orgánicamente’; es decir, por
medio de crear muchos contenidos de alta calidad, promoverlos hasta la
captación de visores y por persuadir los publicistas comprar espacio.
Alternativamente, hay un truco: comprar el tráfico necesario por usar falsas
vistas. Publicadores pagan tales agentes para dirigir a usuarios en otras
partes de ciber-espacio hacia sus sitios. Empresas como Taboola u Outbrain
proveen este servicio. Por ejemplo, el sitio web ‘A’ se contrata con Taboola
que, en su turno, paga al sitio web ‘B’ para destacar pequeñas muestras al
fondo de su B-página con contenidos desde otras partes de la web. Así, los
visores, emocionados por etiquetas como “37 cosas que no supiste de Selma
Hayek” hacen clic sobre la imagen y llegan a la página del sitio ‘A’. Estos las referencias coaccionadas de
usuarios son caros porque sólo una de cada cincuenta personas hará clic y el
sitio ‘A’ debe compensar a sitio ‘B’ por el rendimiento de todos visitantes
por este último.
|
The
challenge…[is]…building an audience. That can be done organically—by coming
up with lots of content, promoting it until people start watching, persuading
advertisers to buy in. Or there’s a modern shortcut: Buy traffic. Which
doesn’t necessarily mean fake it.
Publishers often pay to redirect human
users from somewhere else on the Internet to their own sites, and companies
such as Taboola and Outbrain specialize in managing this kind of traffic.
Website A hires Taboola, which pays Website B to put “content from around the
Web” boxes at the bottom of its pages.
Viewers, enticed by
headlines like “37 Things You Didn’t Know About Scarlett Johansson,” click on
a box and are redirected to Website A. But redirects are also expensive. In
practice, only 2 percent of people on a site click on these boxes, and
Website A has to compensate Website B handsomely for giving up precious
visitors.
|
Métodos sin éticas
son menos caros. Los anuncios de ‘pop-up’ (los cuadros que parezcan desde
ninguna parte sobre su pantalla) que son ignorados por casi todos es un truco
para aumentar el número de vistas trabajan como esto: al momento que parecen
sobre su pantalla, usted es una ‘persona’ que ha ‘visto’ el anuncio. Pero lo
más falso, lo más barato. Otro producto sórdido es el ‘ad-bot’, un mal-ware
que secuestra la computadora del otro para crear un navegador virtual. Tal
navegador virtual, que no es visible al dueño de la computadora secuestrada,
visita a otros sitios, va a través de las páginas y hace clic sobre enlaces,
todos en el nombre del dueño inocente. A menos que el bot se detecta, tales
intrusiones se cuenten como vistas por los servicios que seguir la actividad
entre el tráfico. Un solo botnet, con miles de computadoras secuestradas
trabajando de manera coordinada, puede generar una grande audiencia rápido,
excepto que todo es una ilusión.
|
Less ethical
methods are cheaper. Pop-ups—those tiny browser windows that you ignore,
click to close, or never see—are one way to inflate visitor numbers. As soon
as that window appears on your computer, you’re counted as someone who’s seen
the ads.
An even more cost-effective technique—and as a rule of thumb, fake
is always cheaper—is an ad bot, malware that surreptitiously takes over
someone else’s computer and creates a virtual browser. This virtual
browser, invisible to the computer’s owner, visits websites, scrolls through
pages, and clicks links.
No one is viewing the pages, of course; it’s just
the malware. But unless the bot is detected, it’s counted as a view by
traffic-measuring services. A botnet, with thousands of hijacked computers working
in concert, can create a massive “audience” very quickly.
|
La sola cosa que un
empresario – que tiene visiones de grandeza – tiene que hacer para
beneficiarse como administrador o agente de tráfico es comprar barato y
vender caro. El arte involucrado es hacer realístico el tráfico falso. Se
puede hacerlo por añadir un poco de contenidos para que los sitios falsos
parezcan auténtico. La publicidad programada no averigua cuáles visores son
personas frente a bots; o los sitios legítimos y los sitios de ilusión con
fotos tomadas de la web y artículos pegados.
|
All a budding media
mogul—whether a website operator or a traffic supplier—has to do to make
money is arbitrage: Buy low, sell high. The art is making the fake traffic
look real, often by sprucing up websites with just enough content to make
them appear authentic. Programmatic ad-buying systems don’t necessarily
differentiate between real users and bots, or between websites with fresh,
original work, and Potemkin sites camouflaged with stock photos and
cut-and-paste articles.
|
Ejecutivos dicen
que no era probable que los contenidos pudieran captar a una audiencia. Por
tanto, pidieron los servicios de los agentes de tráfico digital, llamados
‘redes de audiencias’ por los vendedores. El Sr. Sean Holzman, un jefe de
ingresos digitales describió la práctica como la norma para los grandes
publicadores, especialmente aquellos que estaban desplegando nuevos productos
ya que publicistas no sean interesados en los sitios que no tienen una
audiencia todavía. Holzman dice que esta práctica fue un método para evaluar
la posibilidad de construir sitios al nivel de costos probados de publicidad.
Pero es necesario para continuar comprar este espacio porque la audiencia no
es muy leal.
|
….Executives say
the content on the video sites was unlikely to create and sustain much of an
audience on its own. So they turned to several different traffic brokers—or
audience networks, to use the industry euphemism. Sean Holzman…[a]…chief
digital revenue officer, described the practice as normal for big-time
publishers, especially those rolling out new products, because advertisers
won’t bother with sites that don’t already have an audience.
“It was a test, a
way to prime the pump and see if we could build these sites at this price
point,” he says. “You usually have to keep buying some traffic, because the
audience you’re getting isn’t as sticky.”
|
El mercado del
tráfico comprado no es regulado. Los proveedores son excelentes, okay o
sórdidos. El precio se determina por el mercado. Los productos codos son
fáciles de encontrar. Sobre Linked-In, hay un foro llamado ‘Comprar y Vender
Tráfico del Web’ donde se puede comprar un mil visitantes por quince pesos.
El tráfico más legítimo es mucho más caro. Por ejemplo, el precio por vista
(de vídeos) de Taboola cuesta hasta catorce pesos por visitante (vista real)
y se dirige a una audiencia en los U.S.A. sólo sobre escritorios. Un
publicador puede vender un anuncio de vídeo por quince centavos mediante una
subasta programada (es decir, entre los 1-5% del precio de Taboola).
|
The traffic market
is unregulated, and sellers range from unimpeachable to adequate to downright
sleazy; price is part of the market’s code. The cheap stuff is very easy to
find. On LinkedIn there’s a forum called “Buying & Selling TRAFFIC,”
where 1,000 “visitors” can be had for $1.
Legit traffic is a
lot more expensive. Taboola, for example, charges publishers from 20¢ to 90¢
per visitor for video content, targeted to a U.S. audience on desktops only.
A publisher can
sell a video ad for 1¢ to 1.2¢ per view in a programmatic auction. With
Taboola, it might be losing 19¢ per view or more.
|
Bonnier, la empresa
mencionada por arriba, no divulgarían los vendedores del tráfico. Sin
embargo, un análisis por SimilarWeb, un analista del tráfico en línea, indica
que la mayoría del tráfico vino de algunos sitios similares y dudosos con
nombres como ‘Connect5364.com’ u ‘Omnaling.com’, con cada uno descrito como
“un dominio tecnológico para redes de publicidad.”
|
Bonnier [referenced
above] declined to reveal its traffic suppliers.
But an analysis by
SimilarWeb, a traffic-analysis firm, shows most of it arrived from a handful
of identical-looking sites with names like Omnaling.com and Connect5364. com,
each describing itself as “an advertising network technology domain.”
|
Bonnier había
comprado el tráfico más codo, incluso de ‘tab-unders’. Para explicar este feo
término inglés, nos imaginamos en una situación dónde se está viendo una
película de NetFlix. Un ‘tab-under’ abre una ventana por debajo de aquella de
la película. Probablemente, no se ve dicha ventana segunda, que muestra una
página del sitio del cliente de Advertise.com. Sin embargo, Advertise.com
recibe crédito para otra vista. Repetir esto miles de veces por día y se
obtendrá mucho ‘tráfico’.
|
…Bonnier...purchased…[the]…cheapest-possible traffic,
including “tab-unders.” Say you’re watching a movie on Netflix. A tab-under
opens up another window beneath the one playing the movie.
You may never see
that new window, which displays an Advertise.com customer’s website, but
Advertise.com’s customer still generates another page view. Repeat a few
thousand times, and you build traffic numbers.
|
“He averiguado que
Advertise.com está vendiendo todo tipo de trafico sin valor que yo puedo
detectar,” dice un experto sobre la economía digital quien es un profesor de
Harvard. Él dije, “Advertise.com lo ha estado haciendo sin pausa para meses,
aún años.” La empresa no está de acuerdo con el sentimiento del profesor.
Después de todo, la gente ven los tab-unders y hacen clic sobre ellos.
Advertise.com dice que hay un grande diferencia entre tráfico sin valor y
tráfico de baja calidad.
|
“I’ve found
Advertise.com selling every type of worthless traffic I am able to detect,”
says Benjamin Edelman, a Harvard Business School professor who researches the
digital economy. “And doing so persistently, for months and indeed, years.”
Advertise.com [disputes that its] traffic is worthless. After all, people
sometimes do see tab-unders and click on them. “There is a huge distinction,”
he says, “between worthless traffic and low-quality traffic.”
|
Un correo
electrónico subsiguiente explica la actividad de manera más gentil, “Nuestro
trabajo no compra tráfico, compramos publicidad que nos lleva tráfico.” El
correo electrónico dice que el agente usa filtros anti-bots. Además, si un
publicista encuentra el tráfico viniendo de bots, él no tiene que pagar. El
correo concluye que el fraude sería imposible.
|
In a later e-mail,
he explains his business differently. “Our network doesn’t buy traffic, we
buy advertising that brings us traffic,” Boris writes.
His operation uses
antibot filters, he adds, and any advertiser that does find bot traffic can
refuse to pay for it. In any case, fraud would be impossible, he says.
|
Una fuente
(in)famosa de ingresos de publicidad es MySpace. El Nuevo dueño es una
empresa en la tecnología de publicidad, Viant, que puso en marcha MySpace
otra vez en 2013 para enfocarse en vídeo. Viant ha invertido en los
exclusivos de MySpace, así como proyecciones de vídeos personalizados que
otros sitios pueden embeber en sus sitios, como YouTube.
|
One prominent
source…of…advertising revenue is Myspace. The once-dominant social network’s
new owner, the ad-tech firm Viant, relaunched it in 2013 with a focus on
video.
[Viant]…has invested in
Myspace exclusives, as well as custom-made video players that other sites can
embed, much like YouTube’s.
|
Cuando los
visitantes fueron a ‘MyTopFace.com’ el verano pasado, un MySpace reproductor
de video emergería (como un anuncio ‘pop-up’) en la esquina al fondo de la
pantalla. Primero, habría un anuncio, seguido por los ‘contenidos’
patrocinados: un vídeo de quince segundos de un muchacho manejando en la
noche.
|
When visitors went
to MyTopFace.com last summer, a Myspace player would pop up in the bottom
right-hand corner of the screen.
First, an ad would
show, followed by the editorial content—a 15-second video of a guy driving a
car at night.
|
El video del
muchacho manejando un coche durante la noche se llama ‘Hitboy’ fue uno de
varios creados por un empleado de MySpace, según Viant. Parecen cuando
MySpace está bloqueando otro sitio de mostrar los contenidos de este último
sitio. Se puede ocurrir cuando un sitio no sique las condiciones del contrato
con MySpace o si MySpace pierde la autorización para mostrar un vídeo
previamente desplegado.
|
The
guy-driving-at-night video, called Hitboy, was one of several put together by
a Myspace employee to serve as placeholders, according to Viant. They appear
whenever Myspace blocks a site from showing its actual video content.
That might happen,
say, if the site violates Myspace’s terms or conditions or if Myspace loses
the rights to show a video that had been featured.
|
Sin embargo, esos
vídeos marcadores se preceden con anuncios. Empresas como ¿Kozy Shack Pudín?,
Chevrolet, Unilever, y varias marcas bien conocidas de Procter & Gamble
han pagado para tales anuncios vinculados con los marcadores. El publicista
dividió los ingresos con los publicadores quiénes habían mostrado los
marcadores de lugar (como un ancla dentro del ruido).
|
But the
placeholders are still preceded by ads. Kozy Shack pudding, Chevrolet,
Unilever, and various Procter & Gamble brands such as Tampax and Always
have all paid for the privilege…
The checks he
cashed came through an affiliate program where Viant splits ad revenue with
publishers who showed its players.
|
Tales videos de
marcadores por MySpace parecían dentro de cien sitios en agosto 2015, según
un investigador de fraude. Por ejemplo, hay un sitio dudoso,
“RealMovieTrailers.com”. La dirección en Manhattan no existe y la línea del
teléfono es desconectada. Los retratos fotográficos de los diseñadores son
aleatorios y tomados desde la web. El vídeo, ‘Hitboy’ ha acumulado unas 700
millones de vistas. Aún más ridículo es un vídeo, ‘Surfing’ que destaca una
pantalla oscura con siete segundos de ruidos de fondo. Según el contador de
MySpace, ‘Surfing’ se ha visto más veces que hay personas en China. Tal nivel
de vistas, haría ‘Surfing’ el segundo más visto vídeo jamás en YouTube.
|
Myspace’s
placeholder videos appeared on about 100 websites in August, according to Telemetry,
a fraud-detection firm…Take RealMovieTrailers.com. The site lists a
nonexistent address in New York as its headquarters. The phone number doesn’t
work. Image searches of its designers’ headshots reveal they’re stock photos,
reused hundreds of times around the Internet. Hitboy has amassed 690 million
views. Even bigger is Surfing, which looks like someone butt-dialed a video:
five seconds of black screen with some muffled background noise. According to
the Myspace counter, Surfing has been viewed 1.5 billion times. That would
make it bigger than any YouTube video in history—with the exception of Gangnam
Style.
|
La publicidad
programada se ha vuelto un caos de proveedores de datos, mercadotécnicos,
consultorías estratégicas y empresas de la tecnología de publicidad.
Entonces, es difícil aún para las más grandes marcas seguirlos. Hace tres
años, Kellogg’s se dio cuenta que anuncios para sus productos estaban
emergiendo sobre sitios web dudosos, ocultados por ventanas de ‘pop-up’ o
forzado en pantallas tan pequeñas como un solo píxel. Otros anuncios
estuvieron sobre sitios con audiencias de bots.
|
Programmatic
advertising has become such a tangle of data firms, marketing firms, strategy
firms, and ad tech companies that it can be hard even for the biggest brands
to keep track of it all. Three years ago executives at Kellogg started to
notice that spots for Cheez-It, Pop-Tarts, and Special K were running on
sketchy websites, hidden in pop-under windows, or compressed into screens as
tiny as a single pixel. Others were displayed on sites where much of the
“audience” was bots.
|
Para responder, el
departamento de publicidad de Kellogg’s tomó control de sus contractos con
publicistas, así como las plataformas de publicidad como GOOGLE y Yahoo! para
eliminar las agencias desde el proceso. Kellogg’s empezó usar un software
para alertarle cuando anuncios habían estado en sitios dudosos. Kellogg’s no
haría negocios con sitios que no permitirían inspecciones por terceros. El
Sr. Kiszka dice que la empresa se ha disfrutado de un declive de tres cuartos
en el tráfico de bots con mejores retornos para sus dos productos
principales.
|
In response,
Kellogg’s in-house ad department assumed control of its contracts with
publishers and ad platforms such as Google and Yahoo, removing the agencies
from the process. Kellogg started using software that alerted it when ads ran
on suspect sites and refused to do business with any sites that wouldn’t
allow third-party validators to screen for bad traffic. Kiszka says the
company has seen a 50 percent to 75 percent drop in bot traffic and a
significant jump in its return on investment in advertising for Raisin Bran
and Corn Flakes.
|
Los publicistas
pueden restringir el tráfico fraudulento por medio de transacciones directas
con los publicadores en lugar de usar proveedores de anuncios programáticos.
Por supuesto tales relaciones directas pierden la escala permitida por la
automatización. FaceBook, con más de un mil millones de usuarios no tiene
muchos bots; el precio es más alto pero la calidad vale la pena. F.B. carga a
los publicistas sólo después una vista humana comprobada.
|
Advertisers
generally see lower levels of fraudulent traffic by dealing directly with
publishers rather than using programmatic exchanges. Of course, that also
means missing out on the scale that automation provides. Sites such as
Facebook, with its billion-plus users, are relatively bot-free, if expensive,
places to run an ad. Earlier this year, Facebook said advertisers would have
to pay only when their ads are actually seen by humans.
|
Ben Elgin is a reporter for
Bloomberg News in San Francisco. Previously, he was a correspondent for
BusinessWeek in the San Mateo (Calif.) bureau, a position he assumed in
September 2000. Before BusinessWeek, Elgin was a senior editor and features
editor at Sm@rt Reseller magazine. He was also an associate editor for ZDNet.
Elgin is a graduate of the University of California at San Diego.
David
Kocieniewski had been a business reporter who has been covering the nation’s tax
system for The New York Times when he joined Bloomberg News in early 2015. He
works on the financial crimes team. Previously Kocieniewski had been a reporter
on the paper’s Metro desk since 1995 where he focused on law enforcement,
corruption and its offshoot and the New Jersey government.
Joshua Brustein is a writer for Businessweek.com in New York.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Serán bienvenidos comentarios sobre:
[1] mecánicas y productos de márketing digital;
[2] futuro de Tijuana como un centro tecnológico;
[3] transferencia de tecnología por emprendedores; así como
[4] comercialización de nuevos productos.
Los mejores debates serán aplicadas por el autor.
¡Vamos Tijuana!